Hola garageros amigos. Hoy les traje este compilado excesivo que robé de La Taberna Cavernícolade Johnny.
La minifalda, el 45 Rpm y las chicas lindas y libres se pusieron a la orden del día. Tanto es así que abrieron el panorama local para que otros géneros como el garaje, la sicodelia y otros tantos ingresaran a la Península. El álbum es un puñado de canciones vibrantes y rápidas que discriminan en ritmos y modas. Realmente un gran trabajo de investigación, recopilación y edición el que se ha hecho aquí.
Por cosas como esta es que rescato, siempre, siempre, el labor de los historiadores. Tengo para mí que los tales sujetos cumplen un rol social fundamental porque son quienes rescatan e interpretan el pasado. En consecuencia, nos re interpretan como sociedad.
Nosotros vivimos como si el pasado no sirviera, como si el pasado solo fuera una serie de imágenes pintorescas. No un continuum en el tiempo cuyas implicancias llegan a nuestro presente.
La memoria es muy importante amigos. Ya lo dijo San Agustín – que es mucho más pillo que yo – cuando expuso las potencialidades del alma: Memoria, entendimiento y voluntad. Así, en ese orden. Para la memoria es necesario el olvido, sí, concedo eso, pero es necesario para poder recordar, para poder evocar otra vez ese pasado ejemplar que sirve de paradigma al porvenir. Luego el entendimiento, fundamental para interpretar, para analizar. Por último la voluntad – la potencialidad más compleja y ardua porque de ella depende lo demás – fuerza movilizadora del alma.

Bueno amigos, me voy, pero antes propongo un brindis por esos abnegados señores que miran el pasado, por esas personas que dedican sus días a explicarnos causas y consecuencias de lo que fuimos, probabilidades y posibilidades de lo que seremos si repetimos. Sí amigos, elevemos la copa por los historiadores. Vayan y brinden con la sapiente e inalcanzable administradora de Historia de hoy y todos los tiempos. Y si la quieren ver se van al memorial de la Bandera del ejército de Los Andes – ahí, frente a la parte trasera de Casa de Gobierno, en Mendoza, claro – le pasan cien euros y ella misma te hace la visita guiada más linda y dulce que puedas imaginar. Sí, es una experiencia. Yo lo hice. Acá está: VA – Chicas!!!